Mujeres y participación política en Nicaragua, 1980-2015

Women and political participation in Nicaragua , 1980-2015

Leyjanis Masciel Ríos-Molina
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua. UNAN-León, Nicaragua
Julio Antonio Rivas
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua. UNAN-León, Nicaragua
Editor Academico Dr. Angel Sol Sanchez
Colegio de Postgraduados, Mexico, Nicaragua

Revista Iberoamericana de Bioeconomía y Cambio Climático

Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, León, Nicaragua

ISSN-e: 2410-7980

Periodicidad: Semestral

vol. 2, núm. 1, 2016

czuniga@ct.unanleon.edu.ni

Recepción: 30 Octubre 2015

Aprobación: 19 Abril 2016



DOI: https://doi.org/10.5377/ribcc.v2i1.5694

Autor de correspondencia: leyjanis.rios@curs.unanleon.edu.ni

Resumen: El estudio se centró en valorar las causas de la no participación de las mujeres. La participación política es uno de los problemas fundamentales que necesitan ser atendidos en el área de todo el país, porque es una complicación que afecta especialmente a la mujer y se está proporcionando una inequidad con respecto a la asignación de recursos. Este trabajo se realizó revisando las publicaciones de los especialistas en la materia. Los resultados evidencian que los sectores más vulnerables que sufren en la no participación política son las mujeres, jóvenes y comunidades indígenes. En el caso de Nicaragua, se menciona que lidera con la participación de la mujer en los espacios políticos.

Palabras clave: Participación Política, Empoderamiento de la mujer, Inequidad Política, Proceso político del hombre, Género.

Abstract: The study focused on assessing the causes of the non-participation of women in the municipality of Villanueva. Political participation is one of the fundamental problems that needs to be addressed in the area of the entire country, because it is a complication that especially affects women and is providing inequity with respect to the allocation of resources. This work was carried out by reviewing the publications of specialists in the field. The results show that this problem is not only harming Nicaragua but all of Latin America, the records made by specialists in that country were used. The study found that the most vulnerable sectors that suffer from political non-participation are women, youth and indigenous communities.

Keywords: Policy participation, Women's empowerment, Political process of man, Political inequality, Gender.

Introducción

Desde hace muchos años, la mujer ha sido utilizada como un objeto, considerada para reproducirse sexualmente, problema que se presenta no solamente en Nicaragua, sino en toda Latinoamérica.

Razón por la cual muchas instituciones pretenden colocar un alto a la discriminación femenina y trabajar para que la mujer sea respetada y tomada en cuenta en decisiones políticas al igual que ejercer cargos públicos.

La mujer se ha quedado en silencio y muy poco ha expresado lo que siente, ha sido excluida de cargos políticos y sociales. Es un desafío que se requiere esfuerzo y tiempo para observar un cambio, se necesita conocer la verdadera identidad personal y fluir en pro de liberación ciudadana. El estado juega un papel muy importante en alcanzar una igualdad política, porque debe establecer acceso político para hombres y mujeres de manera igualitaria.

El propósito del estudio es revisar la participación de la mujer en el contexto socio- económico y político de la sociedad.

El documento se ha organizado de la siguiente manera: en la sección de la participación política en el contexto de América Latina, una segunda sección planteamos la participación política en Nicaragua, en una tercera revisamos los factores que limitan la participación política de la mujer. En una cuarta sección abordamos la participación política de la mujer versus la Educación Rural. Y finalmente hacemos nuestras conclusiones.

I. Participación Política América Latina

Según Valdés (2000), plantea que la acción de las mujeres ha estado presente, aunque invisible, desde los comienzos de la historia de América Latina. La lucha por la independencia cuesta en cada país, con la participación femenina en diversos ámbitos.

Pachón et al. (2012), argumenta que a pesar de los avances en equidad de género en América Latina, existe aún una notable brecha en términos de participación política ciudadana. La investigación en América Latina, se ha concentrado en entender la política como ocupación, razón por la cual la relación de los ciudadanos con la política constituye aún un vacío teórico. La confianza en hombres líderes y vivir en una zona urbana resultan ser determinantes en la participación política masculina.

Ranaboldo, & Solana (2008), planten que particularmente a nivel rural, es evidente que las mujeres y sobre todo las indígenas y campesinas tienen demandas y en algunos casos agendas muy vinculadas con el desarrollo económico local. Si bien, mover la frontera de la representatividad formal y de la participación política tanto a nivel nacional como local, ha sido clave para Poblaciones tradicionalmente marginadas, los tiempos están maduros como para abordar programas de desarrollo territorial que: Ataquen la multidimensionalidad de las causas que afectan a la igualdad de Oportunidades y a la misma participación política de las mujeres.

Martínez Franzoni & Voorend (2009), mencionan en términos de género, las brechas latinoamericanas en el acceso a los servicios de salud y de educación son comparativamente menores. Los órdenes de género se inscriben en la preocupación por analizar el desempeño (des)igualador de sociedades patriarcales. Se parte de que estas sociedades comparten un pecado capital: estar estructuradas en torno al género como organizador jerárquico de diferencias basadas en el sexo de las personas. A la vez, reconoce que el patriarcado no existe desprovisto de acuerdos sociales y de Estados que, al regular, reproducen o vulneran dicha estratificación.

Informe anual de la Política de Desarrollo Social y Población (2015), refiere la sinergia entre “la población, el desarrollo y la igualdad”, traen de sí, el reconocimiento de las personas y de los grupos sociales como el centro de las acciones del Estado y la institucionalidad pública, para que sean estas las que unifiquen esfuerzos encaminados a la transformación de su situación de vida, cuando las personas y los grupos se encuentran en contextos adversos que los vulneran y limitan en el goce pleno de sus derechos.

Farge (1991), señala que es una debilidad de la historia de las mujeres la "ignorancia de la historia del feminismo y su articulación con la historia política y social", lo que lleva a plantear que la renovación de la historia social y política incluye no sólo explicar cuestiones claves como el significado de las relaciones entre las mujeres y el Estado y su exclusión del ámbito tradicional de la política, sino también comprender el significado de las rebeldías y luchas de las mujeres y la naturaleza política del movimiento social desde el cual las han expresado coyunturalmente. Se ha de insistir en la tarea de hacer visibles y presentes las experiencias históricas femeninas en todos los campos: social, politico, económico, ideológico, cultural, etc., y especificar su participación en la historia

Rodríguez, (2005), plantea que la participación política de las mujeres es no sólo escasa, sino difícil. El patriarcado como sistema de poder, fundamentado y convalidado por prejuicios e ideas que desvalorizan lo femenino y lo disminuyen en sus aportes y capacidades, ha convencido a las mujeres de que la política es un ámbito que no les corresponde. Las mujeres no son socializadas para la política. Sin embargo, algunas pioneras se aventuran en este campo.

Luna (2002), argumenta que la dimensión de poder con que se define el concepto de género es clave para el análisis de la historia política de las mujeres, porque ayuda a descifrar los procesos sociales y políticos en los que se dan los juegos de poder entre lo masculino y lo femenino -más allá del esquematismo del binomio dominación subordinación, sus estrategias y alianzas múltiples, es decir, lo que hay detrás de las exclusiones e inclusiones históricas que hay en torno a las mujeres.

Todos los autores concuerdan que en América Latina se está viviendo un gran problema de exclusión política en las mujeres, señalando que el estado ha trabajo muy poco para incluirlas en cargos públicos y velen por la sociedad; donde tiene mucha influencia la cultura porque ha permanecido el patriarcado, donde solo el hombre tiene el poder y la mujer para reproductora sexual.

II. Participación política en Nicaragua

Poncela (1992), expresa que «La causa de las mujeres es un sueño antiguo, cuyas oleadas seculares han quedado siempre sepultadas bajo las grandes marejadas políticas. Tiene, sin embargo, el don de volverse visible de época en época. Se sabe que, aun en los tiempos de silencio, las mujeres son siempre parte del escenario de las obras que se plasman en el teatro de la historia. Son actrices, coro, mensajeras, retaguardia, soldados y soldaderas, las que detienen o impelen a los hombres a luchar, en fin, el oleaje que sólo se alza en furor en los momentos extremosos. Por lo general, se encuentran en los entretelones, en los pliegues demasiado íntimos para ser conocidos públicamente.

Así mencionamos el caso de la Nicaragua sandinista de los años 80, que predicaba la igualdad y la lucha contra la discriminación, viviendo y luchando para lograr cambios en los niveles económicos, políticos, legales, materiales, religiosos, ideológicos y culturales.

Telléz (2009), expresó que en los veintidós años transcurridos desde la promulgación de la Constitución, los derechos políticos y sociales enunciados han tenido pocas variaciones, pero ha habido cambios sustanciales en el sistema político que, lejos de contribuir a la construcción de una sociedad más incluyente, han afectado y siguen afectando el ejercicio de la ciudadanía política del pueblo nicaragüense.

La población más pobre y en peor situación de exclusión es la que habita en la costa Caribe. Independientemente de la fuerza política que detente el poder, las prioridades, políticas y flujos de inversión pública se dirigen principalmente a la Región del Pacífico y, en especial, a las zonas urbanas.

De esta manera, la descentralización de la educación en Nicaragua se ha convertido en uno de los ejes de la política educativa y es asumida como la condición básica para el éxito de la reforma educativa en la medida en que a través de este proceso se busca compartir la responsabilidad por la educación con la comunidad, especialmente con los padres de familia, la que se expresa tanto en su contribución económica, como en su participación política en las decisiones mediante su incorporación en los consejos directivos de los centros autónomos (NICARAGUA,1998).

Poncela (1995), expresó que "En ningún país las mujeres tienen un status político, acceso o influencia igual a la de los hombres. La subordinación política de las mujeres alcanza una gran variedad de culturas, arreglos económicos, y regímenes en los cuales vive.

El binomio mujer y política ha sido y es fuente de conflictos, dificultades y desencuentros. Por un lado, la política ha excluido históricamente a las mujeres y dificulta en nuestros días el acceso de éstas a cargos políticos o a puestos de elección popular; de otro lado, las mujeres desconfían de la política y la consideran ajena a sus experiencias, intereses y necesidades. Nosotros miramos que anteriormente la mujer se involucraba más de lleno a ver las necesidades, había mayor vinculación, mayor participación. Pero ya como de dos años para acá ha cambiado, como que todo se ha desvanecido, un cierto letargo, como un conformismo.

La historia de Nicaragua ha sido bien difícil en cuanto a la participación política, es por eso que han surgido movimientos femeninos que velen por el empoderamiento de dichas mujeres (Figura 1), ya que a ellas no les ha interesado involucrarse y ser parte de cargos públicos, y en comparación a años anteriores, según dichos actores se ha mejorado pero aún hay brechas de desigualdad y exclusión política.

Involucramiento de la mujer en la política
Figura 1
Involucramiento de la mujer en la política

En el caso de Nicaragua una nota de prensa del Canal 19 del 11 de marzo del 2014, Nicaragua encabeza la lista mundial de gabinetes ministeriales con más participación de mujeres, por delante -en orden descendiente- de Suecia, Finlandia, Francia, Cabo Verde y Noruega, señaló hoy la Unión Interparlamentaria (UIP).

Este organismo, en el que participan 163 parlamentos, presentó hoy en Ginebra su Mapa de las Mujeres en Política 2014, que indica que este año empezó con 36 países en los que un 30% o más de mujeres ocupaban puestos ministeriales.

El dato revela un progreso si se considera que ese porcentaje se alcanzaba sólo en el 26% de países hace menos de dos años.

Aparte de los países nórdicos, donde la participación femenina en los Ejecutivos está muy cerca del 50%, el continente americano y África tienen el mayor número de mujeres ministras, aunque el ritmo de progresión es más notorio en el primero.

En América, el 22,9% de cargos ministeriales son ocupados por mujeres, frente al 20,4% en África y al 18,2% en Europa.

Se trata igualmente del continente con el mayor número de mujeres jefes de Estado o de Gobierno: seis, con respecto a 18 en todo el mundo.

De manera general, llama la atención de la estadística presentada por la UIP que el número de mujeres al frente del Ministerio de Defensa se haya duplicado en los últimos dos años, pasando de siete a catorce.

También ha subido considerablemente el número de ministras de Relaciones Exteriores y de Cooperación Internacional, que ahora suman 45 en el mundo, una cifra nunca antes alcanzada.

Sólo ocho países no tienen ninguna mujer dirigiendo algún ministerio: Líbano, Arabia Saudí, Pakistán, Brunei, San Marino y Bosnia-Herzegovina, Islas Salomón y Vanuatu.

La presencia de mujeres en los parlamentos también está marcando un récord, según la organización, al alcanzar un 21,8 % a nivel global y un 25,2 % en América, que lidera este apartado por regiones.

III. Factores que limitan la participación Femenina

Massolo (2007), expuso que uno de los factores es la Educación formal que no promueve la equidad de género, político y refuerza el papel de madre-esposa, forjadora de ciudadanos desde el hogar. Medios de comunicación que no promueven figuras femeninas con poder, con capacidad de transformación de su realidad familiar, comunitaria y social.

Oposición y bloqueo de miembros del movimiento o partido, femeninos. Dudas sobre su capacidad de mando y de dirigencia. Segregación a tareas que reproducen la división sexual del trabajo en la organización o partido. Invisibilización de las iniciativas femeninas y de los aportes de las mujeres. No se escucha su voz. Segregación y discriminación de las mujeres, por considerarse “masculinos” los espacios políticos y de poder, en organizaciones movimientos y partidos, así como en gobiernos. Partidos políticos que restringen de hecho los recursos para campañas político-electorales de las mujeres. Dificultad para la obtención de recursos para impulsar la capacitación, los liderazgos y las candidaturas como mujeres.

Buvinic & Roza (2004), como otro factor se menciona la pobreza y desigualdad que continúan impidiendo que una mayor cantidad de ciudadanos especialmente mujeres, participe en la vida social, política y económica básica de su país. Existen grandes disparidades entre ricos y pobres, entre las áreas rurales y urbanas, entre los afrodescendientes y quienes no lo son, entre las poblaciones indígenas y los no indígenas. Otro factor es la falta de unión entre las mujeres, existe una creciente preocupación por el hecho de que las mujeres tal vez presten más atención a sus diferencias que a sus similitudes. Las mujeres están divididas por las diferentes ideologías y lealtades partidarias, así como por las diferentes clases sociales, entorno, experiencias, y colores de piel.

Es habitual relacionar la falta de cohesión social con el nivel de (no) participación política. Los excluidos sociales a menudo no tienen voz en el campo político ni posibilidad, ni capacidad quizás, de actuar e influir en su entorno más o menos inmediato. Las situaciones relacionadas con la falta de acceso a la ciudadanía, o la privación de determinados derechos políticos y/o sociales (Riba et al., 2004).

Telléz (2009) la no existencia de acciones deliberadas para impulsar la presencia de las mujeres en candidaturas a cargos de elección popular, y en nombramientos de cargos de primera línea en el gobierno, y otras instituciones del Estado, ha dado como resultado una pobre o estancada participación femenina en el ejercicio de posiciones de poder público.

Hay muchos factores que influyen en la no participación de la mujer, entre ellos la cultura que se ha vivido por años, el patriarcado el cual no ha permitido que el sexo femenino se desarrolle, por lo tanto no ha sido fácil que las mujeres avancen en el nivel de participación política, lamentablemente, toda una vida según la cultura se ha enseñado que el hombre es superior, que él tiene una responsabilidad pública y la mujer una responsabilidad privada, el hombre nació para ejercer poder y la mujer para ser sujeta y reproductora sexual.

Es triste saber que a la mujer no se le ha dado la oportunidad de ejecutar planes de desarrollo, de confeccionar sus ideas, alcanzar la igualdad (50-50), donde se necesita mucho trabajo, para tener mujeres como representación en los departamentos, comunidades, países.

Bareiro & Echauri (1998), sin embargo, estos autores plantean que “Todas las mujeres son aptas para ejercer cargos públicos”.

Las mujeres tienen capacidad para ejercer cargos públicos y velar por la sociedad ocasionando una transformación en el país.

IV. Política y Educación

Ahora bien, Felipe Mac Gregor(1956), explica que Política significa, finalmente, la ciencia y el arte del gobierno. Ciencia por el estudio de las causas primeras y arte por la búsqueda de las reglas generales. La ciencia y el arte del gobierno, claro está, no pueden desentenderse de estudiar la Educación. Y entre estas acepciones de Política, es obvio que debe existir una correlación que estab!ezca su prioridad. La ciencia de la Política en su trama intelectual se entrelaza con otros tres dominios del saber: el derecho, la técnica y la economía.

Mac Gregor (2015), por su parte, argumenta que política" y en cada una de estas acepciones procuraré presentar la íntima relación que ella guarda con la educación. Los que gobiernan, a veces no lo saben o no les interesa saberlo y por esto en muchos países de América y de Europa se continúa aún con la rutina del monopolio, con el derroche innecesario por asumir el Estado todos los costos de la enseñanza con la ineficacia .Práctica de lo enseñado, con la enorme complejidad de las reformas educacionales verticales y uniformes.

I Genis (2013) plantea que para unos la política es esencialmente una contienda a fin de que reinen los valores morales, u otros, mientras que para no pocos pensadores la política se intelige desde ella misma, desde el ejercicio del poder. El poder político en cualquiera de sus modalidades está llevado a domesticar la educación y a planificarla.

. Hay una gran vinculación entre educación, política y desarrollo con equidad, que se hará efectiva no sólo en la medida en que se formulen programas eficaces y eficientes, sino también en la medida en que se fortalezca, la educación, el diálogo social y la concertación de políticas que tengan como eje la equidad y el desarrollo social (Margiotta, 1995)

Es tan importante y necesaria la educación en el individuo, porque forma y es destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral y afectiva de las personas de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la que pertenecen, por lo tanto para lograr un desarrollo y emancipación de la mujer, necesita educarse y ocasionará un impacto en la sociedad.

Conclusión

La supremacía del hombre sobre la mujeres una herencia que va a ser difícil exterminar, y por ende la cultura influye tanto en dicho comportamiento. Talvez en algunos años futuros se logra una equidad en cuanto a la participación política; mientras tanto, se debe luchar desde el hogar, con procesos de concientización.

Porque haciendo juicios de la realidad continuamos sumergidas en esperar y no en dar, es decir estamos esperando que nos lleven lo que necesitamos y no en dar progreso al pueblo, haciendo énfasis que cuando te dan pueden facilitarte cualquier cosa y no necesariamente lo que necesitas pero si das puedes proporcionar lo mejor de ti con equidad social para tu pueblo.

Es por eso que se necesitan mujeres que se empoderen, que se sientan capaces de enfrentar la realidad y haciéndose responsables de cargos públicos o participar en decisiones políticas; y dejar de estar esperando que lleven el proyecto, sino ser partícipe y estar involucradas en el proyecto que beneficiará a muchas personas.

Si hay cambios en la política, y todos(as) se integran para plantear estrategias que mejore el país, habrá benéficos sociales, políticos, económicos, y culturales. Pero esto requiere de unidad e igualdad en pensamientos, expresión y ámbito laboral para ambos sexos.

Todo debe partirse siempre de la clara conciencia que tiene el individuo, se necesita innovar y ser capaz de abordar la cuestión de la participación política en su multidimensionalidad, con las mujeres y los hombres.

Es tan preciso repensar en procesos formativos que se orienten a fortalecer las capacidades técnicas y políticas en las mujeres.

Referencias Bibliográficas

Bareiro, L., & Echauri, C. (1998). Las recién llegadas: mujer y participación política. CDE Centro de Documentación y Estudios.

Buvinic, M., & Roza, V. (2004). La mujer, la política y el futuro democrático de América Latina. Inter-American Development Bank.Washington, DC ,Departamento de Desarrollo Sostenible , Serie de informes técnicos. Pag 21

Informe anual de la Política de Desarrollo Social y Población (2015). Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia–. Subsecretaría de Políticas Públicas Guatemala.

Farge, A. (1991). La historia de las mujeres. Cultura y poder de las mujeres: ensayo de historiografía. Historia Social, 79-101.

Felipe Mac Gregor, S. J. (1956). Política y Educación. Derecho PUCP: Revista de la Facultad de Derecho, (15), 54-58.

i Genis, O. F. (2013). Política y Educación. Educación, 4(7), 21-41.

Luna, L. G. (2002). LA HISTORIA FEMINISTA DEL GÉNERO Y LA CUESTIÓN DEL SUJETO1. Boletín americanista, (52), 105.

Mac Gregor, F. (2015). Política y Educación. Derecho PUCP, (15), 54-58.

Massolo, A. (2007). Participación política de las mujeres en el ámbito local en América Latina. Santo Domingo: Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación de las Naciones Unidas para la Promoción de la Mujer (INSTRAWMartínez Franzoni, J., & Voorend, K. (2009). Sistemas de patriarcado y regímenes de bienestar en América Latina.¿ Una cosa lleva a la otra?

Margiotta, E. D. (1995). Desafíos para la educación frente a las necesidades del desarrollo con equidad en América Latina. Revista iberoamericana de educación, (9), 191-214.

NICARAGUA, E. E. (1998). Serie Reformas de Política Pública~ 53.

Pachón, M., Peña, X., & Wills, M. (2012). Documentos CEDE, Universidad de los Andes– Facultad de Economía–CEDE. No. 1 – 37 .Bogotá, D. C., Colombia

Poncela, A. F. (1992). Participación económica y política de las mujeres nicaragüenses. Boletín americanista, (42-43), 132-133.

Poncela, A. M. F. (1995). Comportamiento electoral y acceso de las mujeres a la élite política. Política y cultura, (5), 139-158.

Riba, C., Giménez, L., Obradors, A., Giménez, M., Queralt, D., Bottos, P., & Rapoport, A. (2004). Pobreza y exclusión social. Fundación" La Caixa". Pag 34

Ranaboldo, C., & Solana, Y. (2008). Desigualdad de género en la participación política de las mujeres en América Latina y el Caribe. RIMISP, Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural. Santiago, Chile.

Rodríguez, M. Y. (2005). PROGRAMA DE FORMACIÓN DE MUJERES PARA LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA.REVISTA VENEZOLANA DE ESTUDIOS DE LA MUJER - CARACAS, JULIO-DICIEMBRE 2005 - Vol 10 - N° 25.

Telléz, D. M. (2009). La Exclusión Política de jóvenes, mujeres y pueblos indígenas: Propuestas para la Reforma Política en Nicaragua. Friedrich-Ebert-Stiftung.

Valdés, T. (2000). De lo social a lo político: la acción de las mujeres latinoamericanas.

Notas de autor

leyjanis.rios@curs.unanleon.edu.ni

Modelo de publicación sin fines de lucro para conservar la naturaleza académica y abierta de la comunicación científica
HTML generado a partir de XML-JATS4R